Deporte en la sociedad.
Muchos de los valores que poseemos podrían ser sostenidos aunque sea en forma parcial por la estructura deportiva, ya que ésta actúa como un positivo co-educador.
Deporte y edad.
La edad co-determina cuando una persona puede acceder a un deporte como también cuando sería beneficioso que éste se retirara de la vida activa como tal, pudiendo seguir en el mismo con otro rango.
Más allá de las destrezas físicas que se deban poseer para cada deporte en particular, existen factores de personalidad que nos motivan a practicar unos y no otros deportes.
Deporte y salud.
Deporte y salud están tanto en la más tierna juventud como “a posteriori” a lo largo de toda la vida, mutuamente implicadas, y esto parece ser, por que el deporte no solo otorga el placer del ejercicio, sino que le permite y obliga al deportista a usar adecuadamente toda su musculatura, su capacidad pulmonar, cardíaca, en fin, todo su cuerpo en forma integral e integrada.
Deporte y la guerra.
Se plantea la posibilidad de un deporte que permita disuadir la violencia entre naciones al igual que puede llegar a hacer con las personas.
Deporte y género.
El deporte permite la integración de los dos sexos, aunque el ingreso de la mujer al deporte es de relativa reciente aparición.
Algunos estudios realizados entre mujeres han mostrado que la personalidad “femenina” interviene en la selección de deportes a realizar. Algunos de estos deportes, más comunes en mujeres, es notoria la presencia de rasgos que hacen a la Estética.
Deportes y países.
Existen culturas que dentro del deporte han depositado sus herencias, sus gustos, sus preferencias, sus mitos. Hay, además, deportes que solo en países altamente productivos o ricos como los países denominados del “primer mundo”, puede llegar a desarrollar, debido a las considerables inversiones de dinero, instalaciones, tiempo, educación.
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