El doping no solamente es un tema que cubre gran parte de nuestra prensa, sino que también es un problema real y sin fronteras al que nos enfrentamos día a día.
Las razones que se sugieren para respaldar este tipo de acciones son numerosas, pero a su vez son muy reducidas las que pueden llegar a convencernos sobre su práctica.
En este artículo se destacan dos de ellas:
- En primer lugar, el hecho de que el deporte es una actividad con un gran protagonismo social, que ocupa, de hecho, la mayor parte de la atención en el entretenimiento de la sociedad.
- En segundo lugar, la relación que existe en la actualidad entre el deportista de élite y los beneficios que éste puede lograr mejorando su rendimiento, no sólo a escala personal sino también de cara a una sociedad que diferencia entre el perdedor y el ganador.
De esta manera, el doping se acabaría convirtiendo en un medio más rápido y eficaz para llegar al éxito, minimizando el esfuerzo y sacrificio que serían necesarios si decidimos adoptar medidas tradicionales como dietas o entrenamientos continuados.
De esta manera, el doping se acabaría convirtiendo en un medio más rápido y eficaz para llegar al éxito, minimizando el esfuerzo y sacrificio que serían necesarios si decidimos adoptar medidas tradicionales como dietas o entrenamientos continuados.
Sin embargo, si contribuye a mejorar nuestros resultados ¿por qué está prohibido?
Muchos especialistas en el tema, alertan de que el dopaje es una acción que puede perjudicar gravemente la salud, atenta contra los principios establecidos del deporte, “Fair play”, y afecta de manera muy negativa a la ética contenida en el mismo.
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